En un esfuerzo por abordar los retos que la juventud gitana enfrenta cada día, el Consejo de Europa decidió dar un paso adelante creando el primer programa específico para juventud gitana, el “Roma youth Action Plan” allá por el año 2012, como respuesta a la relación de la juventud romaní con el empoderamiento, la participación política y sobre todo, el anti-gitanismo.
A través de un sistema de co-gestión (único en Europa) –donde gobiernos y representantes juveniles se sientan juntos para decidir sobre las prioridades estratégicas y políticas del sector juvenil, tomando en consideración las contribuciones de la juventud en el diseño, implementación y evaluación de las políticas europeas que afectan sus aspiraciones- el Consejo de Europa aplicó este sistema en la creación del Roma youth Action Plan, donde los principales socios son organizaciones internacionales gitanas, tales como FERYP, la Roma Initiatives Office de la Open Society Foundations, el European Roma Rights Centre, la Roma Education Fund, Ternype, y el European Youth Forum, entre otros. En base a esta estructura se coordinan la implementación y la evaluación del programa y sus actividades.
Una de las actividades enmarcadas dentro de este plan, fue la creación y la redacción de “Mirrors”, un manual sobre educación en derechos humanos para combatir el anti-gitanismo, creado por un grupo de expertos/as, citados anteriormente, y representantes del Consejo de Europa.
Una de las características de este manual es que sus actividades fueron testadas y, posteriormente revisadas y aplicadas en la versión final del manual, en diferentes países como España, Grecia, Hungría, Italia, Montenegro y Rumanía para datar y contrastar que las actividades enmarcadas en este manual abordan un problema de racismo hacia la comunidad gitana europea, modelado por las realidades sociales y económicas de los países, pero con un inquietante y bien conocido denominador común: el anti-gitanismo.
La seña de identidad de este manual tiene dos lecturas. Por un lado, el propio manual. Este texto ha sido elaborado por personas que han trabajo (y sufrido) el anti-gitanismo en primera persona. A través de organizaciones gitanas y juveniles, el concepto de anti-gitanismo (y Romafobia) se ha incorporado como una prioridad necesaria para abordar la inclusión Roma en Europa, donde hay que afrontar el hecho de que los crímenes racistas, xenófobos y anti-romaníes y la incitación al odio quedan impunes en muchos países, y donde los políticos trivializan o ignoran la gravedad de la incitación al odio y los crímenes de odio que se cometen contra la comunidad romaní.
La educación en esta materia se hace crucial para conseguir resultados que no se queden sólo plasmados en inútiles informes, sino que sean aplicables a las realidades sociales en la Europa de hoy. Para ello, Mirrors puede jugar un papel crucial al largo plazo. Por un lado, concienciar a los jóvenes de que el anti-gitanismo no es sólo una ‘cuestión gitana’ sino que es un problema social que hay que abordar desde sus raíces, y por otro lado, la interacción entre activistas, intelectuales y trabajadores gitanos/as y no gitanos/as es esencial para trabajar en la consecución de sociedades totalmente inclusivas e interculturales.
La segunda seña de identidad del manual ha sido la elaboración, redacción y puesta en marcha del mismo. No es habitual que las grandes instituciones nacionales o internacionales cuenten con una participación tan activa de la sociedad civil. Y la juventud gitana –que representa casi el 60% del total de la población romaní en Europa- debe jugar un papel trascendental en este escenario.
Las actuales tendencias sociales, denotan que los jóvenes, gitanos y no gitanos, están perdiendo su interés por las formas tradicionales de la política y de participación, lo que no significa que los jóvenes en su conjunto estén menos interesados en la política.
Por lo tanto, las políticas de juventud y más aun las que afectan a las comunidades gitanas, deben ser redireccionadas para abrir nuevos espacios de participación.
De esta forma es necesario cambiar la definición y la apreciación de la participación en los espacios de la sociedad civil para abarcar nuevas formas de colaboración. Las esferas democráticas, requieren de la participación significativa de los jóvenes gitanos, promover la ciudadanía activa, fomentar la responsabilidad social y poder mejorar los mecanismos de entendimiento.
Los últimos 4 años, han visto un creciente reconocimiento de la importancia de la participación de los jóvenes, no sólo gitanos, en la toma de decisiones así como los esfuerzos (quizá no siempre acertados, pero esfuerzos al fin y al cabo) para involucrar a la juventud que han dado lugar a una mejor formulación de políticas, implementación y evaluación. El Roma Youth Action Plan da buena cuenta de ello. A pesar de las muchas mejoras y revisiones que necesita, dicho plan de acción ha sido impulsado por un creciente consenso de que la participación de la juventud gitana no solo ha demostrado tener un valor manifiesto sino que además, es un derecho ciudadano.
Dentro del contexto español, el manual Mirrors, debería tomarse como un gran ejemplo de buenas prácticas en ambos sentidos, tanto en sus contenidos, como en su elaboración.
El anti-gitanismo, campa a sus anchas por el país disfrazado de indiferencia, humor y con la complicidad de los medios de comunicación, por lo tanto, la educación en derechos humanos enfocada a luchar contra esta lacra social, debe ser incluida en la agenda política de los gobiernos nacionales y autonómicos.
La comunidad gitana, a través de estudiantes, jóvenes graduados/as, activistas e intelectuales, debe dar voz y usar su talento para generar opinión, incluyendo el anti-gitanismo en el debate público para producir una verdadera investigación basada en la evidencia sobre desarrollo juvenil, escuchando las experiencias y aspiraciones de los jóvenes gitanos/as en actividades, programas, proyectos y creación de políticas.
Por otra parte, es necesaria una reformulación del concepto de participación ciudadana, y por ende, a la forma en que la comunidad romaní interviene en las decisiones políticas que les afectan. A pesar de que España ha creado canales de participación y de diálogo con la comunidad gitana, apenas se han desarrollado mecanismos que realmente reflejen los problemas de nuestra comunidad en cuanto a la interacción con el resto de la sociedad y sus percepciones hacia el grupo.
Para ello, la participación juvenil gitana debe asumir una particular relevancia. Se nos ofrecen muchísimos mecanismos hasta ahora apenas explorados, con una amplia gama de arreglos institucionales y/o informales especializados que atienden a los jóvenes, como los consejos juveniles, consejos estudiantiles, asociacionismo juvenil, ramas juveniles de partidos políticos y otras tantas organizaciones e instituciones a nivel local y nacional, donde la presencia del componente gitano en dichos espacios de participación, es casi inexistente.
La inclusión del componente gitano en dichas esferas, debe contribuir al desarrollo comunitario, la formulación y la participación en creación de políticas que afectan no sólo a la comunidad gitana, sino a toda la sociedad en general.
Hay que perder el miedo a reclamar y a debatir en las esferas políticas a través de nuevos mecanismos de participación ciudadana. Desde que España instauró la democracia, el asociacionismo ha recogido un testigo que por definición, les correspondía directamente a los gobiernos. Aun así el rol de la juventud gitana y su lugar nunca ha sido bien definido, estando siempre en tierra de nadie.
Por otra parte, no podemos olvidar que el bienestar y la seguridad de los ciudadanos es responsabilidad del Estado. Intervenir en la formulación de las políticas que aseguren el bienestar y el reconocimiento de dichos derechos y libertades, pertenece o debe pertenecer a la sociedad civil.
Y por supuesto, las organizaciones gitanas deben jugar un papel importante, pero no debe olvidar la juventud, la comunidad gitana en general y por supuesto los gobiernos, que las asociaciones deben ser un mecanismo de dialogo y formulación, no una varita mágica para arreglar los males sociales.
Un gran ejemplo de una excelente oportunidad perdida, ha sido la Década para la Inclusión Roma. Después de promesas de construir puentes de diálogo y de compartir “buenas prácticas” por parte de los estamentos políticos del Estado, la vida cotidiana y los problemas de anti-gitanismo sufridos por la comunidad romaní, siguen siendo ignorados por las instituciones y la comunidad gitana sigue enfrentándose a la mayor discriminación que ningún otro grupo en el país jamás haya soportado.
Como resaltaba Zeljko Jovanovic en su reflexión a la clausura de la Década Roma, demasiados actores se han atrincherado en la industria de los proyectos financiados por la UE. Y estas actividades podrían conducir a mejoras limitadas, pero a nivel nacional, han sido insuficientes e ineficaces en la creación y fomento de igualdad y en la lucha contra la discriminación. Se han primado los resultados a corto plazo, y se ha huido, por miedo, por desconfianza o por simple desconocimiento de invertir en formulación de políticas que puedan ser implementadas a largo plazo.
La responsabilidad de los gobiernos nacionales, autonómicos y regionales en la lucha por la inclusión y contra el anti-gitanismo debe venir por supuesto, desde las voces de la sociedad civil gitana, pero también desde un verdadero compromiso institucional para atajar las raíces del problema.
Las autoridades locales y autonómicas podrían dar un paso clave si son capaces de habilitar nuevos mecanismos de participación para la juventud gitana, trabajando en estrecha colaboración con jóvenes estudiantes, graduados, activistas o librepensadores para desarrollar estrategias para la aplicación de políticas efectivas tanto para las comunidades gitanas, como para la participación juvenil.
De este modo, a través de la participación juvenil gitana, ayuntamientos, autonomías y consejos juveniles, podrán comprender mejor las necesidades y preocupaciones de la comunidad gitana y poder participar activamente en el diseño e implementación de políticas efectivas e inclusivas. Por otra parte, se podrán concentrar recursos en temas de gran importancia para los jóvenes y sus comunidades y por ende, hacer un uso de esos recursos de una forma más eficiente.
Al mismo tiempo, la participación de los/las jóvenes en la formulación de políticas reducirá de manera consecuente y progresiva la brecha entre la sociedad mayoritaria y la comunidad gitana: con la participación de los principales actores de la comunidad en las discusiones y formulaciones políticas en consenso y dialogo, éstas se desarrollaran en torno a resultados que equilibren las diferentes ideas y percepciones sobre unos y otros, esto es, acercar culturas y apostar por una verdadera sociedad intercultural.
Y sólo cuando la juventud gitana despierte y se dé cuenta de su potencial y dejen de pedir responsabilidades a otros y den un paso adelante, experimentaremos un cambio en las formas de hacer política y sobre todo, la comunidad gitana y el resto de la sociedad, tendrán más confianza en nuestras instituciones públicas.
Mirrors, es sólo un manual. El Roma youth Action Plan es sólo una política del Consejo de Europa. Pero pequeños granitos de arena para su implementación a nivel nacional y local, pueden empezar a aportar mucho en la construcción de sociedades que puedan hablar abiertamente, dialogar y debatir sobre las principales tendencias que afectan a las sociedades europeas y por tanto atajar de raíz el mal endémico que supone el anti-gitanismo para las comunidades romaníes y para las sociedades en general. Quizá Mirrors solo sea un manual, pero podría convertirse en un excelente espejo.
Ramón Flores,
Presidente de FERYP.