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2. El papel de los líderes políticos en la lucha contra la discriminación. Elecciones al Parlamento Europeo 2014

2014: Contextualización de la discriminación

2014 ha sido un año de decisiones electorales a nivel europeo, hemos asistido a promesas de cambio y propósitos de mejora por parte de los diferentes partidos. Las elecciones al Parlamento Europeo, las octavas en la historia, sacaron a la palestra las distintas opciones políticas, algunas nuevas en el escenario político europeo, con sus diferentes mensajes. Y han sido más importantes de lo que creemos. De la nueva composición del Parlamento Europeo también ha dependido la ratificación de la composición de la nueva Comisión Europea, es decir, en las elecciones de mayo 2014 hemos decidido sobre el poder legislativo y el poder ejecutivo de la Unión Europea (UE), aunque el modelo europeo no se ajusta exactamente al sistema de gobierno y a los distintos poderes que tenemos en el modelo español.

La población gitana, la minoría más numerosa en Europa (con una población estimada de entre diez y doce millones de personas) sigue siendo la más discriminada y se enfrenta a unos niveles de pobreza y exclusión social totalmente inaceptables. El impacto de las políticas destinadas a la inclusión gitana es aún muy leve y se requiere de una apuesta prolongada para disminuir la gran brecha que separa a la población gitana de la población mayoritaria.

Recientes publicaciones tanto en España como a nivel europeo (Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), Mapa de la Discriminación en España, Informe sobre desarrollo social y exclusión FOESSA) ponen de manifiesto datos tan perturbadores como que el 90% de las personas gitanas en Europa vive en la pobreza y uno de cada cinco gitanos de la UE ha experimentado violencia racista. En nuestro país, los datos muestran que el 72% de la población gitana vive en una situación de exclusión o que al 35,4 % de la población mayoritaria le incomodaría tener vecinos gitanos.

Ante esto, ¿cuál es el papel que los líderes políticos europeos deben jugar para la mejora de esta realidad?, ¿qué debemos exigirles a nuestros representantes? La crisis económica que atravesamos es un excelente caldo de cultivo para los partidos que promueven el discurso del odio, la xenofobia y el racismo, y las pasadas elecciones europeas han sido un claro ejemplo. Culpar de la situación económica a los más débiles (inmigrantes, gitanos, diferentes creencias religiosas) es su recurso habitual para reforzar su posición ante su electorado y llamar la atención de los votantes indignados. Los partidos tradicionales y mayoritarios no suelen condenar este tipo de discurso e incluso, lo que es aún más preocupante, no hay ninguna reacción contra el incumplimiento por parte de ciertos Estados miembros de los tratados y directivas que prohíben tales comportamientos y manifestaciones públicas. Podríamos decir que existe una cierta tolerancia de los partidos políticos hacia el discurso antigitano. Y una vez más, ante esto, el pueblo gitano se encuentra indefenso.

Desde la Fundación Secretariado Gitano hemos llevado a cabo una intensa campaña de cara a las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado domingo 25 de mayo. A través de reuniones con los principales partidos políticos, con la difusión de propuestas concretas y la publicación de un dossier con documentos, enlaces y noticias de referencia, hemos tratado de fomentar el debate electoral sobre la situación de la población gitana en el contexto europeo, denunciar los discursos racistas y de odio de los partidos xenófobos que concurrían a estas elecciones, y de dar a conocer el relevante papel de las instituciones europeas, especialmente el Parlamento y la Comisión, en las decisiones que afectan al conjunto de la ciudadanía, incluida la población gitana.

Ante la alta representación en el Parlamento Europeo de partidos políticos que poco tienen que ver con una Europa plural, inclusiva y democrática, desde la FSG expresamos nuestro malestar y pedimos a los partidos mayoritarios que cumplan los compromisos que adquirieron en sus programas electorales, especialmente los referentes a la inclusión de la población gitana, y que no pacten en ningún caso con los partidos que defiendan discursos y actitudes xenófobas y discriminatorias que pongan en peligro el proyecto europeo. Pero sobre todo exigimos mayor contundencia de nuestros representantes políticos europeos ante discursos e incidentes claramente antigitanos y racistas. Tiene que ser el Parlamento Europeo quien lidere la denuncia contra las prácticas que incumplen tratados y directivas europeas. Esperamos que la nueva Eurocámara defienda firmemente la igualdad, la cohesión y el respeto a los derechos fundamentales, y que siga fomentando el desarrollo de un marco europeo de políticas de inclusión y de igualdad de trato para la minoría gitana.

La comunidad gitana ha tenido tradicionalmente escasa representación política en las instituciones europeas. Juan de Dios Ramírez Heredia fue el primer europarlamentario gitano, y más recientemente, dos mujeres gitanas de nacionalidad húngara han sido elegidas como miembros del Parlamento Europeo: Viktória Mohácsi, eurodiputada en la legislatura 2004-2009, y Lívia Járóka, miembro de la Eurocámara durante dos legislaturas 2004-2009 y 2009-2014. Ha sido sin duda esta última quien ha dejado un importante legado en términos de impulso político a la defensa de derechos de la comunidad gitana en las instituciones europeas. Lívia Járóka fue la promotora, entre otras iniciativas, del Marco Europeo de Estrategias Nacionales de Inclusión de la Población Gitana, y ha abanderado en el Parlamento Europeo la defensa de los derechos de la mujer gitana.

En la actual legislatura, celebramos que dos personas gitanas formen parte del nuevo Parlamento Europeo elegido en mayo 2014: Soraya Post, activista en la lucha a favor de los derechos humanos, representará al partido sueco Iniciativa Feminista. Y Damian Draghici, que ha sido hasta ahora senador en el Parlamento rumano, y asesor del Primer Ministro de Rumania sobre cuestiones gitanas, ha sido elegido en la candidatura socialdemócrata de Rumania. Soraya Post ha iniciado la legislatura muy activamente solicitando la creación en el Parlamento Europeo de un intergrupo específico sobre la comunidad gitana; ha conseguido movilizar a muchas fuerzas políticas y recabar apoyos en distintos sectores, aunque finalmente no ha sido posible su constitución. Sin embargo, se ha creado un intergrupo sobre antirracismo y diversidad, que será el espacio idóneo dentro de la Eurocámara donde se promuevan e impulsen acciones de lucha contra la discriminación.

Finalmente, a este nuevo Parlamento Europeo correspondió la misión de ratificar la composición de los nuevos Comisarios y del Presidente de la Comisión Europea. La anterior Comisión Barroso tuvo el mérito de haber puesto el debate sobre la situación del pueblo gitano en la agenda europea al máximo nivel y presionar a los Estados Miembros para que presentaran Estrategias nacionales enfocadas a mejorar la integración del pueblo gitano. Pero sin duda fue la Vicepresidenta y Comisaria de Justicia y Ciudadanía, Viviane Reding, quien lideró la lucha contra el discurso antigitano y la vulneración de los derechos de la comunidad gitana. De manera contundente se enfrentó a Francia ante las expulsiones masivas de familias gitanas, aunque finalmente no recibió el apoyo necesario para expedientar al gobierno francés. Reding ha sido una de las pocas voces de líderes políticos que realmente se han alzado en defensa de la población gitana.

El actual Presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha diseñado una Comisión con un bajo perfil social, pero en la que los Derechos Fundamentales parecen tener un espacio privilegiado a través de la defensa de la Carta de Derechos Fundamentales, a cargo del primer Vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans.

Lo que esperamos de los líderes políticos europeos, de esta nueva Comisión, al igual que del recientemente elegido Parlamento Europeo, es un compromiso con la inclusión de la población gitana y una firme defensa de los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas europeos, incluida la comunidad gitana. Las entidades representantes de la sociedad civil tenemos la obligación de reclamar a nuestros representantes públicos que alcen la voz y condenen cualquier tipo de expresión o conducta discriminatoria que vulnere los derechos de las personas gitanas o de cualquier otro ciudadano europeo.

Gonzalo Montaño y Carolina Fernández.
Departamento Internacional. FSG.